Algas
Las algas son una fuente de nutrientes altamente beneficiosa para la salud humana. Desde finales de la década de 1970, se han utilizado en suplementos en los Estados Unidos para tratar la hipertensión y como complemento proteico. Además, se emplean para reducir los niveles de colesterol y otros lípidos en la sangre, así como para tratar la diabetes, la obesidad y otras condiciones.
Las algas contienen altos niveles de calcio, hierro, vitaminas A, C y K, potasio, selenio y magnesio. Lo más importante es que son una de las mejores fuentes naturales de yodo, un nutriente esencial para el buen funcionamiento de la glándula tiroides y que escasea en otros alimentos. Existen diferentes tipos de algas comestibles con gran potencial como superalimentos. Entre ellas se encuentran la espirulina, la chlorella, la porphyra y la laminaria. La espirulina y la chlorella son especialmente nutritivas y seguras para el consumo humano.
Están asociadas con numerosos beneficios para la salud, como la reducción de factores de riesgo para enfermedades cardíacas y una mejor gestión del azúcar en sangre. Las algas también son ricas en ácidos grasos omega-3, vitaminas B12, C y E, minerales como el calcio y el potasio, y una amplia gama de carotenoides, incluidos la luteína, la zeaxantina, la astaxantina y el betacaroteno. Estos nutrientes y compuestos bioactivos pueden proporcionar beneficios adicionales para la salud más allá de la nutrición básica, como propiedades antiinflamatorias y preventivas de enfermedades.